Acepta tus emociones

Aceptación

Acepta tus emociones

En nuestro interior es fácil encontrar todo tipo de emociones. En general, nos encontramos más cómodos expresando aquellas que consideramos positivas. Sin embargo, todas ellas son importantes y, sin excepción, deberían ser reconocidas y expresadas si es necesario.

Somos más que un cuerpo físico

Para desenvolvernos en la materia contamos con cinco planos. Además de nuestro cuerpo físico también nos habitan el cuerpo emocional, el cuerpo mental, estructuras energéticas y la parte más espiritual. Todas estas partes nuestras se engranan perfectamente y están conectadas unas con otras.

Aura

Pixabay/Activedia

La parte espiritual es el propósito que pueden tener todas aquellas circunstancias que envuelven este “guion de cine” que hemos elegido como aprendizaje. El hecho de entender que existe un porqué para todo lo que sentimos y experimentamos hace más fácil la aceptación y, por lo tanto, nuestra experiencia de vida.

¿Qué son las emociones?

Las emociones surgen a partir de un estímulo externo o interno. Normalmente, las emociones son algo de corto plazo que pueden ser muy intensas y que nos generan movimiento hacía algo.

Existen diferentes tipos de emociones. Aquellas que nos gustan más son las denominadas positivas y luego están de las que queremos desembarazarnos lo antes posible que son las que llamamos negativas. Todas las emociones tienen una labor que suma y son necesarias para nuestro crecimiento.

Función de las emociones

Por muy diferentes que sean unas de otras todas las emociones tienen las mismas funciones: función adaptativa, función social y función motivacional.

La función adaptativa se refiere a que lo que yo estoy sintiendo me ayudará a acercarme o a alejarme de determinadas circunstancias, personas o situaciones. Por ejemplo, la alegría nos acerca y el asco nos provoca rechazo. También la ira activará la autodefensa y nos ayuda a poner nuestros límites. El miedo nos permite protegernos, la tristeza nos ayuda reintegrar aspectos nuestros y la sorpresa nos anima a seguir explorando.

Desde la función social comunicamos nuestros estados afectivos a quien corresponda. El hecho de comunicar esas emociones propicia la interacción de manera verbal o no verbal.

La función motivacional nos habla de que si yo me siento mejor es fácil que se potencie la repetición de ciertas acciones que me hagan sentir bien.

Emociones no expresadas

Cuando recibimos estímulos que nos fuerzan a sentir cosas que denominamos negativas tendemos a reprimirlo. En muchas ocasiones es el cuerpo el amortiguador de ese malestar llegando a somatizar en forma de enfermedad. Esto se lleva a cabo en un intento de que la energía de esa emoción no me desgaste.

En otros casos el vaso se va llenando y explotamos de manera desproporcionada en el momento menos oportuno. Y más tarde, esto me llevará a sentirme culpable. Nuestras creencias nos llevan a pensar que es mejor contener estas emociones.

Bloqueo

Unsplash/John Salvino

Es muy importante que sepamos observar qué es aquello que sentimos y que lo aceptemos sin juicio. Gracias a este espacio de entendimiento será más fácil establecer límites y tomar acciones que me hagan sentir mejor.

 

Pinchando aquí podrás encontrar un vídeo y un ejercicio que te pueden ser de ayuda para entender lo que aquí te hemos explicado y para entender la expresión de esas emociones de manera diferente.

 



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